Aquí yo, sentada en mitad de la nada
enfrentada al cruel escrutinio de tus ojos.
Tú ignoras , no sospechas que rasgas mi alma
como un garfio afilado.
Camino, apretando la humillación entre mis manos,
como un pañuelo pobre, voy en pos de otro traje.
Qué sabrás tú de esfuerzo y de fracasos,
De trabajo arduo , diario.
El segundo traje te complace y ensayo una mueca de sonrisa.
Es el primer traje con las solapas volteadas, me burlo yo en silencio
Canto mi victoria , tonta, sin sentido, pero victoria al fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario