Y tú,
que clamas a los gritos revivir aquella pasión de entonces,
cuando éramos libres y ligeros
volver a encender mi vida .
Lo siento.
Y es que tú, te siente mi dueño después de veinte años.
Y sabes, mi querido, hemos crecido.
No soy más la aventurera que dejó su cómoda casa
para enrolarse en tu vida de saltimbanqui.
No tengo ánimos, ganas, de salir entre sombras de mi casa,
para encontrarme a escondidas contigo.
Eso ocurrió cuando jugábamos al amor.
Pasear , reír, recordar tiempos intensos por un día.
No pidas que colme tu soledad con un amor
que ya no es tuyo.
Mi amor son mis libros y un hombre, que no pide
nada.
Solo que lo ame.
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