Sonó un ruido seco.
¿ Cómo imaginar tanto odio
por alguien amado hasta la locura?
Era un amor enfermizo,
Dicen que a la primera golpe debes marchar.
Me acostumbré a vivir con un esposo asesino.
Guardando silencio cómplice,
maquillando las heridas.
Dormíamos abrazados después de la batalla.
Todas las noches.
Era adicta a su inteligencia genial.
No existía nadie mejor que él.
Estaba enferma
Enferma de muerte.
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