Quiero gritar, chillar de angustia.
Mi boca paraliza
el grito silencioso ,
horada mi garganta rota,
llagada de los gritos
que no expulsé a tiempo.
Y son sopletes de fuego,
quemando mis entrañas.
la lengua. los labios
el alma,
Las personas me evitan.
Tú me evitas.
Te asusta saberme presa,
de un enemigo ajeno.
Amor, yo batallo contra el pánico
del horror
que se hace más fuerte los días oscuros,
cuando cae la llovizna.
Tardía llovizna ésta
nos entristece,
nos desespera.
Salgo a correr al barranco.
Allí sí gritaré mi dolor,
la ansiedad que me posee.
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