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viernes, 3 de octubre de 2014

Leo poemas antiguos.
Luminosos, alegres ,  del labio colgaban, palabras serenas.
Mis  poemas han cambiado.
Antes yo no sufría los ataques diarios del Horror,
Aquél  despelleja e hinca sus dientes afilados en los nervios
más sensibles.
Disculpen, los poemas claros volaron hacia el mar.
Yo lucho día a día, cuerpo a cuerpo contra mis enemigos.

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