Son mañanas como hoy,
cuando el viento frío
sopla tu nombre
entre mis mis labios
como vaho ardiente.
Qué será de ti , muchacho?
Seducía tu fragilidad ,
el desamparo tus ojos,
pozos profundos de soledad.
Tu sonrisa demoledora.
Perdonaba las mentiras
solo por sentir la transpiración
húmeda de tu cuerpo
pegad al mío,
tembloroso.
No importaba nada,
escabullirnos por rincones ocultos
subir escaleras oscuras
para guardarnos en lugares perdidos
de las miradas ajenas.
Amor de poetas ,
amantes sin edad ni condición
Yo, tu maestra,
tú, mi niño bueno
con lentes y maletín.
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