Si hoy permito ,
que la tristeza haga mella en mi cuerpo,
arrancaré de raíz,
cada púa,
enterrada en mi piel.
Aspiro profundo,
una bocanada de aire puro.
No salgo a la calle.
Las palabras duras son piedras
lanzadas con puntería
a la distancia ,
a los órganos frágiles.
Mi cuerpo tambalea
Tumba entusiasmos.
El veneno de tus palabras injustas
no filtrarán mi sangre
hasta que yo lo decida.
Batiré mis alas de paloma herida,
ágil tan ágil que crecerán mis alas
Seré un cóndor , un águila
surcando valiente el cielo.
Tus piedras no alcanzarán
mi cuerpo de ave poderosa.
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