Amanecí ardiendo,
la cabeza estallaba ,
la fiebre malvada
consumía mi cuerpo
en temblores menudos.
Era tiempo de decisiones
mayores. post
el round de ayer .
temeraria,
llamé al otro lado del mundo,
solo para escuchar
tu voz ,
el alma en la mano,
la promesa azul.
Escribo un poema,
al menos uno,
los ojos morados,
una sonrisa de jazmines
alumbra la tarde,
este sábado audaz .
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