La yegua blanca arde en fiebre, sé de su sueño inquieto.
En punta de pies, la encuentro resoplando,
la acaricio suave, arde el lomo,
su cuello de reina ,
transpira .
Pequeñas gotas saladas
como perlas adornan su cuerpo.
-Necesita un veterinario - .
Mi yegua blanca , que de tan blanca es azul
pareciera leer mis pensamientos.
La pasión fluye por sus venas, más ardiente que cualquier enfermedad que merme sus músculos grises como el acero.
Ella me empuja con la cabeza voluntariosa fuera del establo.
No ha clareado aún, el pasto , húmedo de la llovizna.
Todo es soledad , silencio.
Mi yegua blanca, trota, calienta breve los huesos de marfil.
El sonido de sus patas replica en los cerros.
Emprende ,de pronto, una carrera , tan veloz como si sus patas fueran alas
Corcovea frente a mi, desafiante.
Apeo a su grupa, mojada, corre, veloz , se aleja del lar.
Atrás quedó el establo, trepamos a los cerros ,
seguro el paso, alcanzamos la cumbre.
En dos patas, relincha la yegua victoriosa.
Nunca la vi tan audaz, ni tan poderosa en su andar.
Recorremos valles desconocidos,
hermosos trigales amarillos ,
bebe agua limpia, clara de un puquial
celeste , reflejo del cielo .
Ella es la gobernadora de sus caminos
al sol pleno, reluce el lomo salado, la grupa tan blanca,
que de tan blanca es azul .
Sigue el paseo , no desmaya, no resopla, ni un quejido de dolor
escucho en su recorrido .
Es mediodía , mi yegua blanca regresa al laar .
Ha demostrado con creces, su pasión , una voluntad mayor
a cualquier debilidad física.
Ella corre con el alma .
A corazón abierto , sube montañas,
ataca briosa alturas, febril, corre.
Por sus venas corre sangre roja intenso,
Ella intuye con el olfato,
grandes retos le esperan
Carreras por caminos pedregosos,
cumbres imposibles por alcanzar
Su tierra, su pueblo esperan la lucha de los potros,
de la yegua blanca, que de tan blanca es azul.
Otro día descansará.
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