Mi padre era un médico de
pobres entre los pobres.
Pudo ganar fortunas o hacerse más
conocido entre el mundo rico, al cual pertenecía, pero prefirió a los
dolientes.
A aquellos que no podían pagar y
recalaban en su consultorio luego de una cita en el Obrero, hoy Almenara.
Atendía en su consultorio de la calle
Chota. Era un edificio familiar, en cuya segunda cuya planta
rentaban departamentos artistas como el gran José María Arguedas con
Celia Bustamante y su hermana . El
pintor Milner Cajahuaringa entre otros inquilinos morosos que mi padre no
molestaba con asuntos tan pedestres.
Muerto él, la familia se encargó
de cobrar en obras de arte. Solo me quedé con un Humareda.
Una tarde recuerdo el ingreso soberbio
de mi tía al consultorio . Quedó estupefacta al encontrar lo que ella
llamó un " Ayllu ". A sus quejas de mujer adinerada de no querer
mantener beneficencias, él contestó que no existía mayor
satisfacción para un hombre de ciencias que atender hombres del ande con
enfermedades como tbc que otros médicos rechazaban atender.
Con gran dolor , mi padre se contagió
de esa misma enfermedad , Es
una herida que sangra aún en mi piel. De su experiencia escribió un
tratado que le mereció el Premio Rousell
,primer nacional de Investigación.
Decía que atender a las familias
de sus pacientes obreros, era lo más satisfactorio , pues pues ellos lo habían
recomendado a sus más cercanos . Y por supuesto que todos se iban con su
medicina bajo el brazo y el pasaje si no lo tenían.
Todas las navidades mi casa se llenaba
de aves de corral y hasta un cerdo vivo, en gratitud a los cuidados del médico
al enfermo no importando su origen ni el dinero.
El me enseñó a leer a los tres años en
las páginas deportivas de los diarios.
De allí mi pasión por el futbol y el gimanasio
De allí mi pasión por el futbol y el gimanasio
Y mi ritual diario de ejercicios como
rutina es un culto enseñado por él.
Soy una esteta de la palabra y del
cuerpo en homenaje a él.
Mi padre era el hombre más guapo de su
generación, dicho por hombres y mujeres hasta hoy en día.
Recuerdo bien verlo como un Adonis,
alto jugador de basquet, de unos inmensos ojos verdes como nunca antes volví a
ver ,emergiendo de la piscina del club.
Sentí el orgullo y una especie de temor de perderlo entre las miradas de todas las señoras que no ocultaban su fascinación por ese hombre tierno pero flemático , coqueto pero fiel. Piurano con sangre escocesa y sensibilidad de poeta.
Sentí el orgullo y una especie de temor de perderlo entre las miradas de todas las señoras que no ocultaban su fascinación por ese hombre tierno pero flemático , coqueto pero fiel. Piurano con sangre escocesa y sensibilidad de poeta.
Cada huelga médica, aún siendo el
mismísimo Director del Seguro, del Hospital Almenara, el más importante del
país , mi padre salía en madrugada a reuniones secretas. Yo, insomne lo
escuchaba salir . Como Director , él heredero de la tradición escocesa,
rebelde rompió de un violento puntapié el reloj que le colocaron a los médicos
para marcar tarjeta. Una humillación inaudita.
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