No es necesario que confieses.
Conozco la verdad , como marcas oscuras en mi piel.
No entiendo , como alguien tan joven
pueda ser tan avezado.
Tu habilidad para embaucar a una mujer ,
por dinero es contraria a tu condición de poeta.
Yo bebía las mentiras de un muchacho frágil
con lentes y cara de niño bueno.
Eras el demonio, no lo pude adivinar.
A pesar de tus hechizos,
ni un rastro queda de ti.
Te encantaba a hacerte llamar poeta,
nunca leí un poema ,
a inventar un cuento nuevo cada mes.
Te escupo la cara,
Mi desprecio es un castigo terrible.
Corté antes de la aurora
los amarres de encantamiento
con la ayuda de mis ángeles poderosos.
No pases más por mis caminos.
Quemaré tus huesos, la piel
en una hoguera.
A la primera llamarada,
no existirás más para el mal.
Lo digo yo,
Hechicera Mayor.
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