Entre la maleza, escojo plantas que ya no se encuentran en los jardines de Lima.
¿ Será el agua de la acequia, ese charco remanente del río polvoroso, la que mantiene con vida aquellas plantas oriundas? O el mismo polvo, cavilo mientras camino por los rieles cada día más oxidados y cubiertos de vegetación, como si les naciera un pudor femenino y no quisieran estar expuestos a las cada vez más escasas miradas. La mía es de ternura pura.
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