El jazmín, la buganvilia y el galán de noche son plantas que me remiten al recuerdo de mi madre.
Ella conocía el secreto de la fragancia de cada flor , de cada árbol que despertaban su furia en estampida de fragancias en verano.
Mi ventana y la de mi madre eran acariciadas por esos elixires mágicos cada noche.
Entonces , yo la buscaba y ella paciente me introducía en el mundo de los perfumes.
Por ello, ahora en mi poblado sin techo, duermo feliz entregado a los olores de las plantas.
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