Escalo con mis uñas de gato por árbol vecino a la ventana de mi vecino.
Prendida con esas garras afiladas, puedo casi tocar su habitación , sentir su fragancia.
Contemplo su desorden de muchacho, la ropa enrollada, la toalla mojada.
El sale de la ducha, yo me deslizo a toda velocidad hasta el suelo y huyo a casa.
¿ Me habra visto espiandolo ? Se atreverá a hablarme alguna vez o soy aún muy joven para él ?
El tiempo, los días lo dirán.
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