Amo extraviarme por caminos polvorientos, perderme en las oscuridades misteriosas de la noche,
empeñar mi nombre, reír, reír a carcajadas, libre, no, como me enseñaron en casa ni en los lugares mal llamados decentes.
Sentarme en las fondas arrabaleras , abrazar a mis morenas ,cantar boleros con los parroquianos , romper mi traje bailando salsa
cerca al Cementerio. Antes esa era mi vida diaria.
Ahora, la añoro alguna que otra noche.
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