Vuelvo por mis lares perdidos a extraviarme de la realidad.
Ingreso a un túnel de árboles ,que desemboca en otro asentamiento clandestino. Amo descubrir otros seres humanos sonriendo entre el polvo y la carencia.
Gente como la mía, huye del desempleo, de la policía y sobrevive en chacras abandonadas
a las afueras de Lima. Viven del reciclaje, la venta de la fruta semi malograda de las huertas cercanas y uno que otro hurto menor.
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