El sol de domingo enciende el pasto seco a orilla de la laguna, donde aterrizan los patos salvajes .
Hoy la charca está clara, el agua le hace guiños al cielo y yo me siento feliz bajo la sombra de un guarango.
Sentada en mi sillón de cuero azul, aristocrático, rescate de los deshechos , disfruto del placer de soñar con los ojos abiertos. Imaginar el eco de tu risa entrando en la charca y luego en el mar tan frío,
me ilusiona mucho. Nadie sabe cúando volveremos a vernos. Eso no es importante. Tu recuerdo me acompaña cada día . Imagino pues he recobrado la capacidad de soñar.
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