Subir al pico más alto del barranco,
esperar el viento propicio,
lanzarme a surcar el cielo ,
tan etérea como las aves,
con las alas poderosas de las águilas .
Volar, recorrer el infinito, libérrima
dueña absoluta del celeste, las nubes.
Rozar con los dedos la panza del cielo,
así se vuelve cada vez más azul,
y rotundo como el mar y el amor.
Subiré al pico más alto del barranco,
lo prometo.
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