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domingo, 14 de agosto de 2016
Mis pasos me conducen por arboledas que se adelgazan, empolvan sus hojas y abren hermoso a mi vista aquél mundo de gente sencilla , que amo. Hoy el mar truena furioso y si bien , su fragancia es intensa y embriagadora, los pobladores parecen hormigas enloquecidas en su incesante ir y venir por el asentamiento. Ellos saben que el peligro es inminente. El mar puede invadirlos en cualquier momento. Y si es de noche, deben tomar los cerros , poner a sus hijos a buen recaudo, sus pobres pertenencias, estar dispuestos a correr , subir a los cerros con sus casas, sus hijos en la más absoluta oscuridad-
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