En aquél lugar apartado de la ciudad , del mundo real, danzo.
Me despojo del pudor , trabajo mi cuerpo, como siempre soñé.
Bailo para los pobladores en el terraplén. Los niños son los más entusiastas
Todos aplauden pero no escucho.
Estoy concentrada en mis saltos y brincos.
Quisiera alcanzar las nubes y con los brazos abrir el encapotado cielo.
Detener la llovizna, cuando llega , así no deteriora hasta la podredumbre las casuchas de mis compañeros.
Danzar, bailar, saltar, dar brincos es ser libre y ser intensamente feliz.
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