Tres ataques de pánico, entre pecho y espalda.
los ojos ciegos de sal,
la soledad carcomiendo mis huesos,
las ideas girando confusas
en la circunferencia
de mi mente.
Hoy es un día nuevo, mujer poeta.
Has vencido la primera batalla.
Tejiste un traje de luces
atacaste al maligno aquél,
pinchaste su estómago
Lo mataste,
bebiste de su sangre.
Eres fuerte.
Ni el propio olvido
podrá contigo.
porque conoces , sabes.
de a tragedias
Combate con las armas más letales,
escribe, con sangre entre los dedos
escribe, aún tu poesía
sea un grito desesperado
que nadie lea.
ÉSCRIBE.
Amarra tu atado
con miles de poemas tristes
arrójalos al mar.
Hoy es sábado
toca ser feliz.
A nadie le importan tus asuntos
La tortura del espíritu
No esperes nada de nadie.
Tú, empuña el arma y tu destino.
a matar las penas .
Ríe-
,
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