La noche en blanco.
sin tregua a la tortura.
Las heridas dilataron mis poros .
Las sábanas húmedas de sal.
Lloraba mi cuerpo, lloraba el alma.
Ellas eran mis niñas ,
mis dos palomas,
Aquellos luceros , dueños de mi cielo
mis avecillas espantadas partieron por siempre
de mis auroras.
Qué será de mi princesa ,
de mi paloma niña
Hacia dónde huyeron ?
Muy lejos.
A donde no pueda hallarlas.
Jamás.
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