sus extremidades ,
luego de la siesta.
La tarde es soledada.
Sueña regresar a aquél bosque abandonado
en medio de un solar alejado ,
añejo,
donde corrió de cría.
Sabe de su distancia ,
el peligro de los gatos salvajes
dueños y señores de la quinta.
A sabiendas, corre, salta ,
de techo en techo,
trepa ágil a los árboles,
es un haz de luz entre la espesura.
Necesita sentir el olor intenso ,
agrio de la libertad.
Visitar a su paso la unidad vecinal
con tantos techos es un cielo,
y late aún un viejo amor .
La gata ha llegado a los extramuros de la ciudad.
barrio rojo, de gatos bravos.
Ella no le teme a nada
Se desliza suave por la pared de la quinta.
Ingresa por la ventana a un pequeño castillo .
Casas bellas por descubrir,
estanques de agua sucia.
Jardines, esculturas, aves,
El paraíso de cualquier felino
La gata maúlla feliz de ser libre
y audaz como ninguna.
Hincha el pecho
El sol cae entre el follaje
Vuelven los gatos malos a sus escondrijos
a su propiedad.
Sale de la quinta como llegó,
Suave , delicada
feliz de correr , descubrir , conocer
sin dar cuenta a nadie .
Libérrima.
como solo ella es
No hay comentarios:
Publicar un comentario