Herí de muerte al animal oscuro,
cuyo aliento acezaba frío tras mi cuello.
Unté mi cuerpo con su sangre ,
mis labios bebieron su líquido amargo.
Salí a recorrer a trote veloz mi amado parque.
El aire puro terminó de desvanecer sus ojos
en los míos.
Las flores, los árboles de mi aurora
me contaron de tiempos felices,
cuando el miedo era mi impulso.
Yo , mujer trasgresora,
valiente,
combativa
Me comía el mundo.
Cada día.
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