A Angela,
Yo guardaba un sol en mi pecho.
Cubrí su ausencia con mil remiendos.
Zurcí penas , ahogué ríos salados.
Fue inútil.
Su risa y la mía se enredaban
en la fiesta diaria de mis mañanas.
Impávidas, descubrimos los recovecos de la vida ,
la transformamos , pintamos de mil colores .
Creamos belleza, sueños, felicidad.
Un mundo de risas de a dos.
Ella no sabe, que a su partida ,
quedé fragmentada.
Mil trizas de alma se fueron tras ella.
Mis días palidecieron por siempre.
Ella es feliz,
como debe ser.
Yo tengo una familia, como las adultas.
No sabe , ella es mi hermana .
A ella le debo la fantasía, mi alegría
la magia de su serenidad.
La amistad perenne, su paciencia.
A los lejos,
dos luceros iluminan mis noches oscuras.
Es ella y su pequeña , estrellas eternas, brillantes.
, titilando , atentas,
guíando mis pasos ,
mis auroras de cada mañana.
El sol de mi pecho.
Ella no lo sabe.
.
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