Confiesa de una vez,
si no quieres que arroje al río las cenizas oscuras
de los puros que fumaste
escupiendo mi nombre a la tierra.
He bañado mi cuerpo en aceite.
Coloqué tu foto en medio
de un círculo de velas
incandescentes.
No existe salvación para tu voz de niño cobarde.
No supliques , porque la ira sube como la espuma
a mis ojos, niebla el entendimiento y ataco.
Crece mi cuerpo de venada, soy leona herida
Como hombre aguantarás el crujir de tus huesos.
Tu piel desgarrada por mis zarpazos .
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