Ellos hablan de hijos
de su tierra bendita,
dolores del alma,
la piel tiznada de soledad.
Yo no hablo de hijos,
ni de tierra,
ni de amores.
Yo grito alto.
Protesto
a patadas
contra el suelo.
Aúllo , como una loba herida.
Libertad para escribir sin ofender a los míos
Para ir y venir
como me dé la gana,
sin dar explicaciones,
por mis barrios pobres
con mis amigos viejos
vestida o desvestida,
sin horarios,
sin nombre
ni apellido
como he sido ,
como soy
Retumban mis chillidos de rabia ,
agudos como graznidos
contra los vidrios.
Cuándo saborearé el delicioso
olor a calles sucias de madrugada,
a unidad vecinal,
caminar sin rumbo
por mis quintas y callejones
Cuándo la libertad?
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