Arrastro los pies por un camino de púas.
El dolor me devuelve a la realidad.
rompe los siete velos de
de aquél malvado fantasma ,
que acosa mis días
las tardes largas y lentas,
incendia mis sueños
destruye la paz.
Clavaré mis manos en un madero.
Subiré a mi Gólgota personal.
A lo lejos,
un chillido moribundo,
de una mujer torturada,
flagelada por su locura.
infernal.
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