Para devorar a una mujer,
a mi, por ejemplo, sin ir muy lejos,
solo necesitas retirar mis medicamentos.
En unas cuantas horas empiezo a desvariar
mi concentración se pierde, el interés se desvanece.
Quítame los veinte soles que guardo celosa en mi cajón,
junto a la sonrisa de fiesta para cuando El viene.
Convénceme que Leoncio no me ama más y enloqueceré
del todo.
Seré presa fácil de ser cazada y devorada.
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