Calienta los músculos ,
estira uno por uno los ligamentos
el cuello bello
El Unicornio se eleva entre la bruma del alba.
Al amparo de la nebulosa de los árboles
que sonríen cómplices.
A paso ligero, leve trota ,
estira, amplias , sus largas alas,
aletea en un claro del bosque.
Se recrea feliz en la tierra de los seres humanos
Afila su cuerno contra el tronco de un añoso sauce
Disfruta jugando con las aves a las carreras entre los árboles
Se escuchan los pasos vigorosos de los primeros deportistas.
Vuelvo la vista, se esfumó.
Ha marchado a la tierra de los Unicornios.
Me ha prometido que un día me llevará.
Es secreto, no digas nada.
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