Estuve ciega, aguda,
grave, terrible , sumida en la profunda lástima.
Mis ojos del alma contemplaban tu sed, tu angustia por saciar
hasta el hartazgo,
ralear el rancho ajeno
urgido por aplacar la sed insaciable,
embriagar aquellos huesos enredados por placeres ,
que luego fueron vicios.
Pobre osamenta gris carcomida por un hambre antigua,
no retuvieron tu espíritu breve, siquiera,
solo las espinas.
Caminas , recorres calles incesante, sin verguenza, soberbia triste
de marchito esplendor.
Ellos crecieron en su arte.
Tú marchas hacia atrás, atrapado en un tu laberinto particular
cada vez más complicado y
devorado por mil demonios.
Esa piel y un ego monumental cebados por tu madre son los motores chatos de tus actos.
Creaste la gran obra teatral de mi Agresión.
Torturaste, exprimiste hasta brotar sangre, lesionar mi columna, desplazar sus discos, entre otros detalles escabrosos.
pretextando una seudo militancia política.
Ya. OK.
No lograste nada más que abrir mis ojos ciegos.
Robarme unos meses largos de recuperaciones de las severas lesiones.
El desprecio no, pues siempre gozaste de él.
Solo añoro tu risa, la música cuando era franca y
no la morisqueta burda del fantoche burlón
que ríe de la enfermedad de quien, le extendió la mano.
aquella que sumó sueños a tus sueños.
A tus hijos, veneno puro inoculas cuando compartes mis confidencias clínicas .
Yo , cada día mejor, más fuerte y hermosa
Resplandecen mis ojos cuando termino de trotar .
y entrenar.
Escribo como siempre.
Y estás fuera de mis días por siempre
Es la mejor noticia.
Definitivamente
Una gran sonrisa ilumina mi rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario