Parto en dos mi corazón.
Una mitad es sabrosa , dulce y jugosa, fresca
como una sandía en verano
La otra mitad es suave, delicada al paladar como un higo.
Ambas partes son nobles.
A pesar de las caídas no han perecido.
Marcas y cicatrices las han curtido.
Siguen intactos sus latidos.
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