Atravesaron un sable por mi costado.
De costado a costado , cruzaron mis costillas.
El dolor era insoportable.
Así caminé estos meses.
No me atrevía a sacarlo de entre mis huesos y mi piel
Se hizo uno con mi cuerpo.
Ayer me armé de valor y con la fuerza del mundo
retiré el arma de mi cuerpo.
Una hemorragia y luego a la cama.
Ya ligera, camino feliz sin obstáculo por mi calle.
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