He cargado una pesada cruz la mitad de este año.
Espinas clavadas a mis manos y pies hirieron mi carne.
Aún quedan las cicatrices .
El resuello de los malos recuerdos en mi oído camina a mi costado.
Sé que esta etapa ha terminado y se inicia una nueva y buena era.
La huelo en el aire y la constato en hechos.
Pronto vendrán las buenas noticias, las sorpresas benditas.
El mar, su brisa perfumada secará el rastro de aquellas lágrimas vertidas.
Vestida de espuma, coronada de algas emergeré como una reina,
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