Soy amiga de los habitantes de este mundo subterráneo que me seduce y que amo.
Al principio , nadie osaba salir, llegué a pensar que era un lugar abandonado igual que los objetos
Con mis incursiones diarias, un saludo tímido, una pregunta y poco a poco a fuerza de vernos y estudiarnos puedo considerarme parte de la tribu. Porque ellos son una verdadera tribu errante, recolectores de plásticos y material reciclable que obtienen en las afueras de las casas , fábricas, y algunos conventos. Salen en mitad de la madrugada a su labor y regresan casi a medianoche.
Yo suelo incursionar por sus lares cuando ellos están laborando y nos vemos los fines de semana.
Sin embargo, he podido conversar sobre un tema que me apasiona que es el anarquismo con los pobladores mayores. Ellos fueron obreros despedidos precisamente por sus ideas.
Mis fines de semana son tan ricos ahora, no solo descubro rutas inhóspitas en mi ciudad, encuentro un asentamiento donde tengo casi un hogar y unos amigos que profesan mis ideas políticas.
Más no puedo pedirle a la vida. Casi he olvidado a aquél poeta lejano.
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