Me seducen los lugares marginales , aquellos que pueblan seres fantasmales, que espantarían a los ciudadanos decentes y aburridos.
El tiempo se detiene y es el polvo , la mácula que cubre los objetos abandonados, ora una muñeca sin brazos o un hermoso vagón de tren en desuso. Yo amo visitar aquellos lugares, guarida de perseguidos de la ley , donde el verdadero espíritu humano late en cada ser despreciado, escondido del mundo.
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