Hubo un tiempo que corría por el malecón .
Me embriagaba de la brisa marina y con el alma henchida subía al pico más alto del barranco.
Desde mi lugar de privilegio soñaba volar , surcar el cielo.
Estos días recorro suburbios marginales.
Es un homenaje, creo, a los tiempos universitarios, épocas libres y felices.
A ti Edwin Zcuela, por tu amistad de libros y aventuras.
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