En cada incursión por los caminos perdidos , pierdo una prenda .
Unos cabellos apresados entre las ramas de un árbol famélico,
una sandalia echada a perder en la orilla antigua de esa laguna que es una charca,
algunos días. Creo que terminaré por afincarme yo en alguna de las casas vetustas de mi nuevo
barrio, tan cerca a un río, y vecino al mar.
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