Lo volví a ver en la madrugada por el bosque.
Quise llamarlo a viva voz.
El corría como una ráfaga .
Apostada tras un árbol ,
lo perdí de vista.
Unas gotas de lágrimas enjugué,
volví a casa ligera .
Pronto olvidé su paso, el olor
sus garras, las heridas en mi piel.
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