Contra las cuerdas, como los boxeadores, así aprendí a vivir.
Y no me quejo, al contrario, me divierto al ver el mundo de otros colores,
o de cabeza . Y siempre absurdo.
Son pocos mis amigos pero son especiales
poetas, locos, verdaderos todos, hambrientos de vida como yo.
Contra las cuerdas, como los boxeadores, así aprendí a vivir.
He dado golpes y he recibido muchos , que no valen la pena recordar.
Son pocos mis amigos pero son especiales,
poetas, locos, verdaderos todos, hambrientos de vida como yo.
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