Aquellas preguntas que abruman mis días y acosan mis noches no son más que un miedo terrible.
Me indican medicinas, kilos de píldoras y día a día , mi malestar empeora.
¿No es acaso sospechoso que las miles, el kilo de píldoras me estén envenenando la mente y el alma?.
Cada mañana muero un poco,
Mi alegría se apaga y la belleza no la siento ni la veo .
No puedo permitir que nadie me arrebate la esencia de mi ser.
Soy poeta, al menos, aún escribo.
Hoy enfrento a la doctora, no más medicinas y vuelta a la vida natural.
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