A veces tiemblo como una avecilla, si cruzar la avenida se trata.
Soy un cóndor de alas amplias, que se eleva hasta los picos más elevados de los Andes.
Avecilla o cóndor, según el día y la estación.
Mejor no te atrevas conmigo, nunca sabes cuando aparece las garras sea de la avecilla o del cóndor imponente.
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