Aquél muchacho, que guiñó el ojo hoy en el bosque, ha sido condenado a muerte.
En una mirada lo desnudé, lo tasé , atado y humillado lo guardé.
Devoraré sus entrañas con placer,
por la tarde , exhibiré su piel en el mercado para escarnio de todos.
Al caer la tarde, venderé sus órganos sexuales para alimento de bestias.
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