Botones, encajes turquesas, miradas celestes, vestidos infantiles, tu risa fresca como agua de cascada.
Escucho pasos, guardo mis recuerdos en el fondo del alma.
Cierro mi pecho con hilo y punto cruz.
Ellos prohíben los recuerdos tristes,
aquellos que me hacen llorar.
Mi añoranza no es pena
es la adoración a la niña que no es más por lejana.
Salgo a trotar al bosque.
Veo maravillada las copas de los árboles turquesas, el jardín celeste
Y la naturaleza sonríe conmigo una vez más .
No hay comentarios:
Publicar un comentario