Dime tú, poeta, hermano, camarada,
¿cómo amenguo el miedo y atizo las brasas de la hoguera de una vida tan apagada, tan sin llamas?
Pálidos son mis días, sin sabor, incoloros.
Yo solía reír a carcajadas pero he olvidado mi risa, el amor, los sueños.
Dime tú,´poeta, hermano, camarada
¿ dónde busco aquél tesoro perdido, llamado alegría?
Bajo los árboles ni entre las ramas de los arbustos están.
Solo ruego me enseñes a pintar mis días de colores y cuéntame un cuento
una ilusión para continuar este camino espinoso.
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