Alicia permanecía tendida serena. Lo bueno es que había despertado con el amor de su esposo, acariciando su rostro. Más tarde pudieron conversar largo rato, mejor dicho , escuchó los relatos de ella.
Se sintió nuevamente enamorada, consolada, aún no tuviera un sol en el bolsillo.
Mañana lo operarían de una herida cancerosa. Ella había decidido acompañarlo, aún no tuviera el alta.
Ella haría esfuerzos sobrehumanos para arreglarse bien, un buen lavado de pelo, una manicure casera, y un pantalón bonito. No quería dejar mal a su esposo frente a su familia,
El valía el esfuerzo.
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