Sus ojos fijos en mí
siguieron la noche entera,
prendidos en la pared,
como un reloj.
Despierto.
La sonrisa cruel no permite ver la luz del sol.
Las huellas de sus pasos intrusos mancharon el piso
Los adivino aún en la oscuridad.
Conozco ese olor maligno.
No me engañan esta vez.
siguieron la noche entera,
prendidos en la pared,
como un reloj.
Despierto.
La sonrisa cruel no permite ver la luz del sol.
Las huellas de sus pasos intrusos mancharon el piso
Los adivino aún en la oscuridad.
Conozco ese olor maligno.
No me engañan esta vez.
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