Alicia abría los ojos, como una gaviota en pos del sol. Apenas aleteaba, pero lo suficiente para despercudir sus alas de los pesos, que la agobiaban.
La vida era ligera ya, se sentía animada e ilusionada de volver a tener contacto con sus hijos .
Esperaba con ansias su cita con la doctora. La próxima llamada de su hija.
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