Alicia, por su parte, progresaba día a día. En serenidad, valor, y orden mental
En la mañana se dirigió aplomada y bien arreglada a los bancos.
El banco más duro, aceptó, el segundo también, pero debía desplazarse a la sede central.
Con el tercero, la derivaron a una central de pagos , que compraría su deuda.
Debía recorrrer un largo camino hasta la Av. Faucett, casi en el Callao.
Nada temía . El Callao era el puerto, aquél donde realizó su primer sueño.
Ser productora general de un megaevento de música salsa.
Durante 10 años fue la dueña y señora de los músicos más connotados como Celia Cruz, Willie Colón, Tito Nieves, quien la bautizó como Señora Ley. El Gran Combo, La Ponceña
La salsa era para ella un canto de libertad.
Y poder organizar , luchar, casi con sangre para lograr el éxito del espectáculo, la hacía inmensamente feliz. Tanto que al primer acorde miraba al cielo, agradecía a Dios y hablaba con su padre en el mismo cielo.
Desde muy niña subía a ver a la morena lavandera , que trabajaba en casa Marcelina acompañaba sus labores con un radio transistor. Desde ese aparato mágico, escuchó por primera vez el tema que le cambiaría la vida: María La onde.
No había día que no subiera a sentarse a escuchar aquella música fascinante.
En su casa solo se escuchaba música clásica.
La verdad era muy triste y solemne para una niña.
Sintió en carne propia la pérdida de Cheo Feliciano.
La primera vez que lo vió sentada a su lado en una conferencia de prensa , rompió todos los protocolos y le besó la mejilla.
Ella volvería al reencuentro de sus recuerdos y claro a refinanciar con gente dura Acaso no era duro el oficio que desempeñó durante 10 años? Los chalacos? Ella amaba al Puerto y el Puerto la amó y la veneró. Alicia con su falda y sus tacos 9 conseguía la magia de la alegría para ese pueblo alegre y tristemente pobre.
Claro que volvería la aguerrida Alicia, más fiera que nunca, desde los confines del infierno.
La señora Ley pisaba fuerte nuevamente.
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