María estada dichosa. Había recaído en su viejo vicio de leer obra tras obra.
Ella, la rebelde . combativa se abstraía en aquellas historias de amor entre subversivos.
. María tenía una linda y completa biblioteca por lo que solo estirar la mano , hallar verdaderos tesoros .
No por ello abandonaría sus amados paseos, los rituales en el malecón, la calle, de sus quintas para sumergirse en historias apasionantes malecón, descubrir barrios antiguos y quintas encantadoras.
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